número 2
La urgencia y las limitaciones de la acción afirmativa por Kate Kinkade, Laura Pulido y Rita Burgos
Desde un principio quisiéramos declarar nuestra firme entrega a la acción afirmativa. La apoyamos porque la acción afirmativa es un recordatorio histórico de
que los E.U. se ha construido a base del racismo y el patriarcado. Por consiguiente, la lucha por la acción afirmativa es también una contienda por conservar la memoria
histórica. También es crucial porque impone límites a las ideas y costumbres racistas. Sin ella, la derecha tendría una mayor influencia. Finalmente, la acción
afirmativa es algo muy necesario porque la discriminación contra todas las mujeres y personas de color continúa. A pesar de esta entrega, hay dos problemas que quisiéramos abordar. Primero,
actualmente se apoya la política de acción afirmativa sin una crítica adecuada de sus limitaciones. El hecho es que la acción afirmativa ha sido insignificante para
ciertos grupos. Esto se debe a que la acción afirmativa no puede resolver las desigualdades estructurales, y enfatiza los beneficios para las personas en lo
individual. El segundo problema, que se relaciona con el primero, es que los beneficiarios de y las ideas políticas sobre la acción afirmativa se vinculan poco con
el movimiento de izquierda más amplio, evitando por lo tanto la radicalización de la acción afirmativa. Estos problemas se pueden ver más claramente en la situación de las mujeres de color.
Las mujeres de color han quedado al margen de la acción afirmativa, tanto en el debate como en calidad de beneficiarias. Para empezar, el uso de la categoría de
"minoritario" para significar hombres en vez de mujeres, y "mujer" para significar mujeres blancas excluye a las mujeres de color de los debates políticos. De hecho,
algunos liberales han propuesto que la acción afirmativa se considere un asunto que afecta principalmente a las mujeres, descartando con eso cualquier carácter "racial"
que pudiera socavar aún más los programas existentes. Dichos debates no sólo revelan el alcance político limitado de la acción afirmativa, sino que también sirven para excluir a las mujeres de color aún más.
Las mujeres de color, particularmente las latinas y otras mujeres inmigrantes, se han beneficiado muy poco de la acción afirmativa. Las mujeres blancas se han
beneficiado más debido a que los beneficiarios están sujetos a las limitaciones que les impone su raza/grupo étnico y clase social. Por ejemplo, entre 1960 y 1990, se
triplicó el número de mujeres que ocuparon posiciones profesionales y administrativas. Ahora somos el 40 por ciento de esos empleados. Y mientras que
las mujeres negras se han beneficiado mínimamente por el hecho de que 3.1 por ciento de ellas, en vez del 1 por ciento, ocupan posiciones administrativas, el hecho
es que lograron ubicarse más que nada como oficinistas. La situación para las latinas es todavía peor. Entre los trabajadores de servicio, se representan más las
latinas que cualquier otro grupo, y componen un 32 por ciento de todos los que limpian casas. De hecho, la acción afirmativa ha brillado por su inefectividad para la
mayoría de las personas minoritarias. Considere que en 1990 los blancos en California eran el 57 por ciento de la población pero ocupaban el 75.3 por ciento
de todos los trabajos administrativos y profesionales, a pesar de existir la acción afirmativa. Dichas pautas desiguales señalan lecciones políticas importantes. Para empezar,
aunque se beneficien unos cuantos individuos, la opresión estructural de las mujeres de color es tal que su situación general no mejorará por medio de la acción
afirmativa. Aunque las mujeres blancas estuvieron en condiciones de aprovechar la acción afirmativa por su color y niveles educativos superiores, muchas mujeres de
color están tan marginadas que la acción afirmativa ni siquiera representa una oportunidad para ellas. Para poder aprovechar la acción afirmativa, uno debe
reunir los requisitos mínimos para participar en el mercado de trabajo formal. Los obstáculos, tales como condición migratoria, educación formal limitada y falta de
fluidez en el inglés, la pobreza, el control patriarcal en el hogar y fuera de él, mas la responsabilidad por el cuidado de los niños, llevan todos a una "supermarginación"
que evita que muchas mujeres de color apoyen activamente la acción afirmativa. La opresión de las mujeres de color se deriva del capital, el Estado y el sexismo
tanto en la cultura dominante como la minoritaria. De hecho, el uso del sexismo en los procesos estructurales se puede observar en la creciente integración económica
de las mujeres de color. Por ejemplo, la mayor presencia de mujeres latinas y asiáticas en las industrias de la costura y electrónica--un ejemplo de la feminización
de la industria--difícilmente se puede caracterizar como un "avance." Al imponer bajos salarios y condiciones de trabajo deplorables, los capitalistas están
explotando las desigualdades entre los sexos y razas y promoviéndolas mediante la división del trabajo. Dadas estas realidades, debemos cuestionar la naturaleza individual de los
beneficios de la acción afirmativa. Además, debemos recordar que la acción afirmativa se originó como un compromiso entre posiciones divergentes respaldado
por un movimiento burgués por los derechos civiles. Su propósito nunca fue el de promover transformaciones estructurales; sin embargo esto es lo que requiere la
situación de las mujeres de color. Por este motivo, apoyamos la acción afirmativa pero la consideramos un asunto político muy complicado. Los debates actuales sobre la acción afirmativa no abordan adecuadamente estos
asuntos. No obstante, mientras que la acción afirmativa carezca de un análisis de clase y esté desvinculado de un movimiento social de izquierda, las mujeres de
color nunca se beneficiarán plenamente de la acción afirmativa. Debemos reconocer que la opresión racial y sexual de las mujeres de color se manifiesta por
medio de su posición de clase--algo que tanto las mujeres blancas como la burguesía negra y latina no quieren admitir. Debemos expandir el alcance de la
acción afirmativa para incluir las demandas estructurales radicales. Dicha reconceptualización podría resultar, por ejemplo, en un programa de acción
afirmativa que incluya mayores oportunidades educativas--no sólo una mayor inclusión sino una verdadera expansión que enfatice las necesidades educativas de
la gente de bajos recursos. Asimismo, el programa de acción afirmativa debe contener, como planteamiento central, un aumento en el salario mínimo y una mayor
sindicalización. De hecho, una mayor seguridad económica probablemente sería el prerequisito más importante para que las mujeres de color estuvieran en
condiciones de aprovechar la acción afirmativa en la educación y en el trabajo. Desafortunadamente, no se están estableciendo dichos vínculos en el ambiente
político actual. Demasiados simpatizantes de la acción afirmativa han caído en ideas políticas estrechas que enfatizan los aspectos sexuales y raciales/étnicos, ignorando
la naturaleza de clase de la acción afirmativa. Por consiguiente, las mujeres blancas privilegiadas y los beneficiarios minoritarios de la acción afirmativa defienden
solamente sus propios intereses individuales, sin reconocer la dinámica general de clase y raza que les permitió llegar a sus posiciones. No hay duda de que se
necesita un movimiento de izquierda - uno que impulse las demandas por esos cambios, ofrezca una visión política alterna, y dirija la presión de un movimiento masivo contra la estructura de poder actual.
KATE KINDADE is a founding member of the Strategy Center and a member of the editorial board of AhoraNow. Es propietaria de una agencia de seguros y editora de una publicación para comerciantes de seguros.
LAURA PULIDO is author of Environmentalism and Economic Justice: Two Chicano Struggles in the Southwest (University of Arizona Press, 1996), available in English from
Strategy Center Publications. Es profesora auxiliar de Geografía en USC y miembra del Consejo Editorial de Ahora Now. RITA BURGOSR
is an organizer with the Strategy Center and Coordinator of the School for Organizers. She is co-author of A History of Transportation Racism in Los Angeles
, coming soon from Strategy Center Publications. Participa en el movimiento feminil del Tercer Mundo. |